Rafa Nadal se proclamó campeón del US Open 2010 después de doblegar a Novak Djokovic en cuatro mangas en un partido que se vio interrumpido en su ecuador por culpa de la lluvia. El número 1 del mundo consigue el único 'major' que faltaba en su palmarés y completa así el Grand Slam, siendo a los 24 años el más jóven en conseguirlo.
Rafa Nadal se impuso al serbio Novak Djokovic por un marcador global de 6-4, 5-7, 6-4 y 6-2 tras tres horas y cuarenta y dos minutos de juego en un choque disputado en el estadio Arthur Ashe. Una final con un tenis de muchos quilates en los que uno y otro exhibieron la mejor de sus versiones. Al final el número 1 del mundo ganó al número 2. El duelo del futuro. Por tercer año consecutivo, la final masculina del US Open tuvo que disputarse el lunes por culpa de la lluvia. Lo que pocos intuían, tal y como amanecía de despejado en Nueva York, es que hasta el último momento el agua fuera a deslucir el espectáculo. Nadal y Djokovic saltaron puntuales al azul de la pista central del Arthur Ashe, el estadio de tenis más grande del mundo (22.000 espectadores), pero que no tiene techo cubierto. El partido comenzó puntual y de la mejor forma posible para los intereses de Rafa, con un break en el juego inicial en el que Djokovic, tras un mal giro de tobillo, hizo saltar las alarmas. Aunque el serbio estuvo renqueante en los juegos siguientes, el dolor se le fue diluyendo a medida que sus golpes ganadores iban aumentando. Nadal estuvo muy fino con el servicio, llevando el dominio de los puntos, pero pecó por momentos de jugar al revés al serbio, que puso igualar la contienda con una ruptura en el cuarto juego. El punto de inflexión del primer set llegó a continuación, en el quinto juego, cuando el balear aprovechó la sexta bola de break de la que dispuso para tomar una ventaja que en esta ocasión ya no dejó escapar. Acabó el set muy suelto desde el fondo de la pista, arriesgando y acertando; todo lo contrario que 'Nole', con síntomas de cansancio y entrega por momentos. 50 minutos y el 6-4 subía al casillero de Nadal.
Como si de un cambio de tercio se tratara, los papeles se tornaron en el segundo acto, donde Djokovic despertó merced a un juego más agresivo que recordó al de las semifinales ante Roger Federer. Se le veía fresco de piernas, llegaba a todo cuando le tocaba correr y golpeaba dos pasos dentro de la pista cuando optaba por atacar. Recogió los frutos de su esfuerzo en el cuarto juego con un break en blanco. Para entonces, Nadal era una caricatura de sí mismo. Duró 20 minutos la reacción del de Belgrado, pues poco a poco Rafa volvió a atinarse y cuando logró tomar la iniciativa de los puntos, su rival volvió a sufrir. El balear volvió a mover a Novak de lado a lado y, aunque le faltó contundencia a la hora de la definición, recuperó la desventaja adquirida en el siempre clave octavo juego. En pleno chaparrón de Nadal (¡¡tabú!!), la lluvia volvió a aparecer sobre las instalaciones de Flushing Meadows y el partido tuvo que ser suspendido durante una hora y cuarenta y cinco minutos. ¡Hasta las 2:00 hora española! Lo que no esperábamos es que aún quedarís otras dos horas de juego. Tras la reanudación, Djokovic saltó mucho más agresivo y en un abrir y cerrar de ojos, se había apuntado el segundo set.
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