"Todos los videojuegos tienen una historia, pero sólo uno es una leyenda". Con este eslogan se anunciaba allá por finales de los noventa el lanzamiento de The Legend of Zelda: Ocarina of Time, videojuego que regresa una década después con un "remake" que mejora sus gráficos, realiza ligeras reformas sobre su extraordinaria jugabilidad y, sobre todo, nos ofrece a un Link que se sale -literalmente- de la pantalla de Nintendo 3DS. La leyenda continúa... y ahora en 3D.
|
El año 1998 quedó grabado en el corazón de los poseedores de unaNintendo 64. Y es que, por aquel entonces, apareció uno de los videojuegos más laureados de la historia, proclamado en más de una ocasión como el mejor título de todos los tiempos.
The Legend of Zelda: Ocarina of Time sigue siendo, en la actualidad, todo un referente para los creadores de la industria del entretenimiento electrónico. Es una de las obras más influyentes que jamás se hayan conocido, con avances que hoy en día los desarrolladores todavía aplican a sus videojuegos, como el "Z-Targeting" (cuya función principal es la de conseguir que la cámara siga a nuestro enemigo en todo momento).
Una de las mejoras más llamativas residen en el entorno gráfico, más detallado y potenciado por el efecto 3D de la nueva portátil de Nintendo.
Por todo ello, era muy difícil que Nintendo se olvidara para siempre de una de sus obras cumbres dentro de su amplia trayectoria. Así, la entrega se rescató para Gamecube, de la misma manera que para iQue Player y la consola virtual de Wii. Todas fueron adaptaciones exactas del original, hasta que Shigeru Miyamoto y Eiji Aonuma (principales productores) decidieron que ya era hora de rejuvenecer al clásico.
Y la máquina encargada de tan importante tarea es Nintendo 3DS. Ahora bien, no nos engañemos. Por lo que hemos podido comprobar en el reciente Nintendo World 2011 (celebrado en el Makuhari Messe, a las afueras de Tokyo), The Legend of Zelda: Ocarina of Time es, principalmente, un grito de nostalgia para ser recordado por sus seguidores en un cartucho que mejora ligeramente sus gráficos, añade profundidad a sus entornos -gracias a las funciones 3D- e incorpora puntuales reformas en la jugabilidad.
Nunca más deberemos pulsar el botón START para ver las opciones del inventario o el mapa. Siempre estarán con nosotros en el marco inferior.
Dicho y hecho. Ahora el videojuego es capaz de integrar los dos grandes elementos jugables que siempre han distinguido a la serie: acción y menús. Gracias a la doble pantalla, es posible disfrutar de las peripecias de Link (marco superior) mientras consultamos la información sobre la mazmorra que nos encontramos, o mientras contemplamos el inventario y seleccionamos objetos (marco inferior).
Y esto tiene múltiples ventajas. Por una parte, la navegación es más sencilla, con la oportunidad de interactuar a golpe de lápiz para realizar acciones como atender a Navi (hada que volverá a darnos consejos), o hasta observar el entorno en primera persona. En efecto, la novedad más significativa de este "remake" la encontremos aquí, ya que no es solamente posible manejar la mirada de Link con el "stick" analógico, sino también mediante la tecnología giroscópica que incorpora Nintendo 3DS. Así, con sólo girar la consola en el aire, podremos modificar su punto de vista, algo que resultará especialmente útil cuando apuntemos con armas como el arco o el tirachinas.
Link no muestra grandes novedades en este "remake"... ¿Pero a quién le importa sabiendo que Ocarina es uno de los mejores videojuegos de la historia?
No obstante, el resultado final dista mucho del apreciado en títulos como Kid Icarus o Resident Evil: Revelations. Incluso el efecto tridimensional no es el más sorprendente de todos los que hemos apreciado hasta la fecha. Pero esto, a buen seguro, no importará a aquellos que quieran llevarse a todas partes, y en 3D, la sin duda mejor entrega que ha tenido Link en sus ya casi 25 años de historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario